Recursos Humanos

Desarrollo profesional para la retención del talento humano

9 julio 2024

5 min
El factor humano es uno de los activos más valiosos para las empresas y, como tal, necesitan desarrollar estrategias efectivas para retener el talento. Una de las que más valoran los empleados es la formación y el desarrollo profesional.

Dicho de otra manera, crear planes de carrera para cada trabajador hace que los empleados sientan que la empresa de la que forman parte es un lugar en el que pueden crecer y desarrollarse profesionalmente.

Eso determina que decidan quedarse en ella.

Pero no es suficiente invertir en la formación y la capacitación de los empleados. Estos también deben sentir que la empresa reconoce sus esfuerzos con compensaciones como gratificaciones extraordinarias, un aumento del sueldo o de posición.

¿Cuáles son esas estrategias de desarrollo profesional que más vinculan a los empleados con las empresas?

¿Qué es la retención del talento?

En un mundo laboral y empresarial altamente competitivo y cambiante, la retención del talento es una ventaja competitiva para las empresas.

No solo es suficiente con contratar a los mejores profesionales, tanto por sus hard skills como por las soft skills más valoradas sino que, sobre todo, las empresas deben ser capaces de retenerlos durante mucho tiempo.

La gestión estratégica del talento incide en la productividad de las empresas y tiene un impacto directo en las encuestas de clima laboral.

Contar con trabajadores cualificados, que conozcan a fondo los procesos y estén lo suficientemente motivados debería ser y es una de las situaciones más deseables cuando hablamos de gestión de RRHH.

Y para ello, las empresas necesitan crear estrategias de retención del talento verdaderamente efectivas.

¿Qué es el desarrollo profesional?

Una de estas estrategias para la retención del talento humano es, precisamente, la creación de planes de desarrollo profesional para sus trabajadores mejor cualificados.

Muy vinculado con el llamado salario emocional, el desarrollo profesional supone ofrecer a los empleados oportunidades de crecimiento y promoción interna que les vincule a sus puestos y a la empresa.

El desarrollo profesional sería, pues, el crecimiento a nivel laboral que un empleado puede tener dentro de la empresa.

Otra definición del desarrollo profesional es la que la contempla como el proceso de adquirir nuevas habilidades, conocimientos y competencias que permiten a los empleados avanzar en sus carreras y alcanzar nuevas metas profesionales.

Cuando un empleado tiene esta oportunidad ante sus ojos, quiere quedarse en la empresa porque sabe que puede crecer junto a ella.

Y, de esta manera, el desarrollo profesional se convierte en una herramienta muy efectiva para mejorar la retención de los empleados.

 

El reconocimiento como parte necesaria del desarrollo profesional

Además, para lograr el desarrollo profesional entra en juego un segundo elemento que es el reconocimiento profesional.

Un trabajador debe sentir no solo que su empresa y sus superiores reconocen sus logros y avances sino que, además, la empresa debe darle ciertas gratificaciones extraordinarias e incluso un ascenso o un aumento de salario.

En definitiva, compensaciones que pongan en valor su dedicación.

No en vano, cuando trabajamos todos lo hacemos para obtener unos beneficios a cambio de nuestro trabajo. Desde hace tiempo la remuneración económica ha dejado de ser el único beneficio que busca el empleado: ahora quiere algo más. Necesita algo más.

Entre otras cosas, necesita ver que su desarrollo profesional tiene valor para la empresa y que esta responde de manera lógica a su —cada vez— mayor cualificación.

¿Por qué las estrategias de desarrollo profesional funcionan para la retención del talento?

Cuando los empleados saben que la empresa apuesta por su desarrollo profesional y les ofrece oportunidades claras de crecimiento y promoción, está mucho más predispuesto a permanecer en su puesto de trabajo.

De esta manera, el éxito de la empresa está ligado al éxito del trabajador, y viceversa.

Gracias al diseño de planes de carrera personalizados para cada empleado, el trabajador toma conciencia del recorrido que la empresa puede ofrecerle, cómo puede crecer y promocionar y cuáles pueden ser sus expectativas.

Al mismo tiempo, las empresas mejoran su relación con sus empleados y ganan en capacidad de atracción y retención del talento.

El desarrollo profesional de un empleado se convierte así en una potente herramienta para disminuir la tasa de rotación en las empresas.

 

Las tres dimensiones del desarrollo profesional para retener talento

Para convertirse en una estrategia eficaz para la retención del talento, los planes de carrera deben desplegarse desde tres dimensiones diferentes: la formación, el reconocimiento y el crecimiento.

 

La formación

Las empresas necesitan implementar programas de desarrollo y capacitación personalizados que permitan a los empleados adquirir nuevas habilidades y conocimientos, tanto en la parte más técnica como en sus soft skills. Por ejemplo, programas para mejorar las habilidades de organización del tiempo, de liderazgo…

Así, los empleados podrán alcanzar su máximo potencial y las empresas dispondrán de trabajadores que sean capaces de solucionar de una manera eficiente las vicisitudes del día a día.

 

El reconocimiento y las recompensas como parte fundamental del desarrollo profesional

El reconocimiento debe ser parte intrínseca de los programas de desarrollo profesional para realmente poder aprovecharlos como parte de la estrategia de retención del talento.

En efecto, las recompensas, económicas o no, resultan clave para retener a los empleados. Entre ellas pueden figurar el reconocimiento público y regular de los logros y ofrecer incentivos como bonificaciones, ascensos o gratificaciones especiales que pongan en valor el desempeño del trabajador.

Las recompensas y el reconocimiento, económico y/o no, ayudan, además, a fortalecer el compromiso y la motivación de los empleados.

 

Ofrecer oportunidades reales de crecimiento y promoción

Por último, los empleados necesitan sentir que los planes de carrera se llevan a cabo de manera real.

Es decir, no es suficiente con que la empresa ofrezca una formación de valor, adaptada y personalizada a cada empleado sino que, además, cada empleado necesita sentir que esa formación tiene un “para qué” real.

Que aporta algo a la empresa y que la empresa reconoce su capacitación y formación ofreciéndole oportunidades reales de crecimiento y promoción interna. Que esa formación le permite optar a puestos de mayor nivel, desarrollar nuevos retos y asumir nuevas responsabilidades.

 

Otras ventajas de fomentar el desarrollo profesional de los empleados

Además de adquirir una mayor capacidad de retención del talento, cuando una empresa apuesta por crear planes de carrera para sus empleados también logra otra serie de beneficios como que:

  • Aumenta la motivación de los empleados. Un trabajador que siente que la empresa apuesta por su formación tiende a esforzarse más por mejorar de manera constante y alcanzar nuevos objetivos, aumentando su satisfacción laboral y su motivación.
  • Aumenta el compromiso con la empresa. Cuando un trabajador siente que tiene oportunidades de desarrollo profesional suele estar más comprometido con su trabajo y la empresa.
  • Aumenta la atracción de talento de valor. Además, las empresas que ofrecen programas de desarrollo profesional son más atractivas para los candidatos y, por lo tanto, tienen mayor capacidad de atraer talento cualificado.

¿Qué estrategias de desarrollo profesional puede implantar una empresa?

Desde la retroalimentación y la conversación continua hasta establecer programas de carrera personalizados para cada empleado, las organizaciones cuentan con varias estrategias para fomentar el desarrollo profesional de sus empleados. Entre ellas destacan:

  • Crear planes de carrera personalizados. Las empresas pueden diseñar programas de desarrollo profesional personalizados para cada empleado, adaptándolos a sus necesidades individuales. Estos planes de carrera deben incluir desde la capacitación hasta planes de crecimiento y promoción interno.
  • Fomentar una cultura del aprendizaje continuo. Las empresas deben valorar el aprendizaje y el desarrollo en todos los niveles de la organización, fomentando una cultura que anime a los empleados a buscar nuevas oportunidades de crecimiento profesional.
  • Apostar por la conversación continua e introducir programas de evaluación del desempeño que permitan dar a los trabajadores una retroalimentación regular, constructiva y bidireccional sobre su trabajo y sus logros y avances.
  • Invertir en formación. Por supuesto, las empresas deben destinar dinero y tiempo para que sus empleados puedan realizar programas de formación que les permita adquirir las capacidades y conocimientos necesarios para mejorar en su trabajo y realizar nuevas funciones que les permitan avanzar.

Todas estas estrategias para el desarrollo profesional de los empleados demuestran el compromiso de la empresa con su crecimiento y éxito y funcionan como potentes herramientas no solo para la atracción del talento sino, sobre todo, para su retención.

El desarrollo profesional y los planes de carrera se convierten así en un elemento fundamental para las empresas que quieren apostar por el factor humano.

Al tener oportunidades reales de crecimiento, formación y desarrollo, los empleados se comprometen más, están más motivados y son más productivos. Por su parte, la empresa tiene más capacidad de atraer y retener talento verdaderamente cualificado.

De esta manera, el desarrollo profesional garantiza el éxito no solo de los trabajadores más cualificados sino, de manera paralela, de las propias organizaciones.