Liderazgo horizontal en la era digital

La digitalización está cambiando la forma en que vivimos y, por supuesto, la forma en que trabajamos. Vivimos en una sociedad en la que las tecnologías tienen cada vez más presencia, algo que, además, ha revolucionado aún más la popularización del teletrabajo y de modelos de trabajo híbridos. La revolución digital exige también una transformación en el liderazgo. En la era digital, el liderazgo horizontal.

Inevitablemente, las empresas con más visión del futuro están adaptando sus estrategias hacia un liderazgo horizontal porque, en la práctica, es el que mejor responde a las necesidades de la nueva era digital. El liderazgo horizontal es más fluido, rápido y transparente, de la misma manera que la digitalización crea entornos y empresas más ágiles, en las que prima la comunicación y el trabajo colaborativo.

No hay duda: los líderes deben adaptarse a la nueva realidad que vivimos y, así, surgen nuevos estilos de liderazgo. El liderazgo horizontal es, como el liderazgo transformacional, el motor de cambio de las organizaciones en el siglo XXI. La duda está en si las empresas más tradicionales serán capaces de adaptarse a estos nuevos estilos de liderazgo.

¿Cómo afecta la digitalización al liderazgo?

Las tecnologías se desarrollan a un ritmo que muchas veces es difícil seguir. Al mismo tiempo, hacen que la sociedad y, en especial, las empresas tengan que evolucionar a la misma velocidad, en una carrera vertiginosa por adaptarse a los nuevos tiempos. Los cambios en las tareas laborales, en la forma en que trabajamos y gestionamos equipos… hacen que los nuevos líderes deban adaptarse rápidamente y desarrollar una serie de capacidades especiales.

Ya no basta con ejercer ese liderazgo tradicional: ahora quien esté al frente de las empresas debe estar abierto a la innovación, priorizar la adaptabilidad ante la incertidumbre, promover iniciativas de sostenibilidad y crear culturas de trabajo horizontales basadas en la colaboración, la comunicación y la confianza mutua.

Y es que el liderazgo no se basa solo ese conjunto de habilidades y cualidades que una persona puede tener sino que, también, está influenciado, y mucho, por el entorno en el que nos desenvolvemos. Un líder debe saber, ante todo, adaptarse a la realidad.

¿Cómo es el liderazgo del futuro?

El empresario y consultor estadounidense Gary Hamel, uno de los expertos en management más influyentes a nivel global y autor de bestsellers como Humanocracia: Creando organizaciones tan extraordinarias como las personas que las integran sostiene que en un mundo de cambios incesantes como el que vivimos debemos contar con organizaciones resilientes y audaces. En este mundo, las estructuras de poder descendentes no hacen sino limitar la creatividad y la capacidad de cambio.

No se puede usar un mapa antiguo para ver una tierra nueva

Gary Hamel

Es por esto por lo que el líder de la era digital debe dejar atrás todos esos estilos de dirección verticales, jerárquicos y de subordinación y apostar por un liderazgo horizontal que promueve la autonomía, la creatividad y la confianza en cada miembro de su equipo.

El liderazgo horizontal es un ejemplo a la hora de adaptar las empresas al mundo cambiante en el que vivimos.

Son necesarios líderes que inspiren con ejemplo, que conecten con sus colaboradores y creen ambientes de trabajo donde la colaboración, la co-creación y la innovación traigan una transformación en la cultura organizacional.

¿Qué es el liderazgo horizontal?

Los líderes de la era digital deben ser capaces de dejar la comodidad y salir de su zona de confort. La realidad es que resulta mucho más fácil ejercer ese estilo directivo, autoritario y jerárquico que un modelo que involucre a todas las personas, pero ese ha dejado de ser el camino.

Ya lo dijo Eisenhower:

El liderazgo es el arte de conseguir que alguien más haga algo que tú quieras hacer porque él quiere hacerlo.

Ese es el verdadero líder: el que es capaz de inspirar y lograr que sus colaboradores hagan propio el proyecto. En el liderazgo horizontal todas las personas están involucradas y aportan su experiencia y conocimiento, formando parte de la toma de decisiones y comprometiéndose cada día más.

El liderazgo horizontal fomenta la autonomía de las personas, la colaboración y el trabajo en equipo. Se caracteriza por tener una estructura de gestión plana, bien diferente de la estructura vertical del liderazgo jerárquico y permite que los empleados tengan capacidad de tomar decisiones sin necesidad de la constante aprobación del líder.

Los beneficios del liderazgo horizontal

Más allá de ser un estilo de liderazgo necesario en la era digital, en la que prima el teletrabajo o modelos híbridos y el empleo de las nuevas tecnologías en el día a día, el liderazgo horizontal puede suponer una gran ventaja competitiva para las empresas del futuro.

Las empresas con liderazgo horizontal normalmente cuentan con menos directivos y más colaboradores o empleados, que trabajan de una manera autónoma. Esta es una gran diferencia con respecto a las empresas con estructura vertical, que tienen muchos empleados pero también muchos managers.

Además, este tipo de estructuras fomenta la colaboración de los empleados de forma natural, llevándoles a sentirse más parte del proyecto global y ayudándoles a ganar en motivación y productividad.

En las empresas con liderazgo horizontal, todos los empleados participan en la toma de decisiones y se involucran muy directamente con el éxito de la organización. No son meros receptores y realizadores de órdenes procedentes de la cúpula superior, y esto aumenta su conexión con la empresa, que gana en capacidad de retención de talento.

Con un estilo de liderazgo horizontal las empresas también ganan en fluidez y capacidad de innovación y adaptación, algo que supone una gran ventaja competitiva, en especial, en la era digital en la que el cambio es constante. La comunicación entre los empleados y entre éstos y los managers es mucho más fluida y eficiente, basada en la confianza mutua y en la puesta en valor de las fortalezas y conocimientos de cada persona.

Otro de los beneficios del liderazgo horizontal es que ayuda a que las empresas ganen en términos de eficacia. En las estructuras organizacionales verticales el empleado debe contar con la aprobación de sus jefes directos y estos, a su vez, deben rendir cuentas ante los directivos de la empresa. Se trata de procesos de aprobación complejos, lentos e ineficientes que restan fluidez y naturalidad a las organizaciones.

En cambio, en las empresas con una estructura de liderazgo horizontal los líderes confían en sus empleados y les otorgan la capacidad de tomar decisiones sin tener que contar con su aprobación. Así, las empresas ganan en capacidad de reacción ante los posibles cambios del entorno. Esto, a su vez, hace que los empleados se sientan más motivados y encuentren soluciones más innovadoras y creativas.

Los desafíos de las estructuras organizativas horizontales

Es indiscutible que tiene muchos beneficios, pero la implementación del liderazgo horizontal en la era digital puede presentar también una serie de desafíos.

Al fin y al cabo, muchas empresas trabajan tradicionalmente bajo modelos organizativos jerárquicos y dar el paso a un liderazgo horizontal y de trabajo colaborativo puede suponer todo un reto.

• En primer lugar, trabajar con un liderazgo horizontal requiere un férreo compromiso por parte de todos los miembros de la organización: líderes, pero también empleados y colaboradores.

• Además, requiere un cambio en la mentalidad de las personas y en su forma de trabajar. Muchas personas están acostumbradas a un sistema de liderazgo vertical y cambiar puede suponerles un auténtico desafío, aunque a la larga sea beneficioso.

¿Cómo implantar un liderazgo horizontal en la era digital?

A la hora de implementar un liderazgo digital las empresas pueden seguir una serie de recomendaciones:

• Fomentar la participación de todos los miembros, estableciendo procesos y mecanismos como reuniones semanales, herramientas de colaboración en línea o un canal de denuncias Whistleblowing para que todas las personas puedan expresar sus opiniones.
• Establecer un sistema de toma de decisiones colaborativo, dando voz a todos los miembros y fomentando su participación activa en el proceso.
• Fomentar el debate, la comunicación abierta y la escucha activa entre todos los miembros de la organización.
• Promover la igualdad entre todos los miembros, por ejemplo, con una política de igualdad de oportunidades. Todas las personas que forman parte de la organización deben tener los mismos derechos y las mismas oportunidades.
• Velar por el respeto mutuo estableciendo, por ejemplo, una política de no discriminación.
• Promoviendo una cultura de confianza en la que todos los miembros se sientan con seguridad para expresar sus ideas, opiniones, malestares y preocupaciones sin temor a represalias.
• Delegando tareas y responsabilidades y dando autonomía, empoderamiento y autoridad a todos los miembros del equipo para tomar decisiones basadas en sus conocimientos y habilidades.
• Desarrollando habilidades de liderazgo y oportunidades de capacitación para todos los miembros del equipo.

El reto de RR.HH. para gestionar equipos horizontales

Salir de estructuras organizacionales verticales y jerárquicas puede suponer todo un desafío, también, para los departamentos de RRHH de las empresas. Una gran ayuda pueden ser las aplicaciones en línea que permiten automatizar la gestión del personal y gestionar el tiempo empleado al trabajo: tanto el registro de control horario obligatorio por ley como las horas de trabajo efectivo de cada colaborador.

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